Cuestión de espacio y tiempo: Si en el descanso alguien nos hubiera dicho que el partido acabaría con un empate a 2-2, seguramente, tras tomarlo por loco, habríamos firmado con tinta indeleble el pacto con el diablo por el punto… y sin embrago, la sensación con el pitido final del partido ha sido la de haber, en realidad, perdido dos puntos o, mejor, no haber sabido atraparlos a tiro como han estado.

Y es que la primera parte del Valencia recordó mucho a la de Elche: partido plano y absolutamente desconectados los nuestros en el que, tras veinte minutos de encuentro, la sensación era de goleada en contra y hecatombe de dudas y desastre en ciernes. Un leve estertor antes del descanso pareció justificar que Gracia, una vez más, tardara en mover el banquillo y aplazar la reacción desde el refresco y el cambio de ritmo de partido por los que entran. Así que hubo que esperar a la salida de un siempre hiperactivo y batallador Manu Vallejo y un (urgente su recuperación) activo Guedes para encender la chispa de la revolución. Una magnífica asistencia de Soler y posterior de Gameiro a Vallejo y otra de Soler a Guillamón para el cabezazo perfecto igualaban el partido y con tiempo por delante para incluso materializar lo que podría haber sido una oportunísima remontada.

Al final quedará la duda sobre el punto obtenido en Mendizorroza: Botella llena o botella vacía.

En próximos episodios.

 


 

Jomi Lavarías

Al final empatas un partido que tenías perdido y te vas cabreado como una mona a dormir. Esto es el Valencia CF.

Primera parte injustificable del Valencia, tanto en el terreno de juego como en el banquillo. Una más, otra más, superando incluso el esperpento de Elche. A los dos minutos encajando el primer gol en un horror defensivo. Horror que se repite a los quince minutos y al descanso con un 2-0 que presagiaba una derrota muy dolorosa en Vitoria.

Segunda parte sin cambios, inexplicablemente pues lo más lógico y normal hubiera sido reaccionar en el descanso y meter gente de refresco. Yo lo habría hecho incluso en la primera mitad. Y cuando se reacciona desde el banquillo la entrada de Guedes y sobre todo de Manu Vallejo revitalizó al equipo. La movilidad y la ilusión del gaditano contagió a sus compañeros, hasta Gameiro mejoró (excepto en el último momento momento del partido). Se empató a dos y bien pudieron llegar más goles pero lamentablemente se marraron las ocasiones.

Buen punto visto lo visto en la primer mitad, pero insuficiente para poner en valor los tres del Madrid y hasta el del Getafe.

El objetivo ahora es jugar partidos de noventa minutos y no solo e cuarenta y cinco cuando tienes el agua al cuello. A ver si lo logra Gracia.

Amunt


 

Lobo

Empate que sabe casi a gloria y a la vez te deja muy mosqueado. El VCF de este año se empeña en hipotecar sus partidos con primeras partes bochornosas, sin actitud, ni orden ni un mínimo de tensión. En Medizorroza dos goles absurdos por errores groseros y barrabasadas infantiles impropias de jugadores profesionales, por mucho que algunos sean recién llegados a la élite. Saliendo así lo normal es destrozar las aspiraciones y caer humillados. Sin embargo, y paradójicamente, algo bueno de estas primeras partes infumables es que los jugadores, en vez de hundirse, tienen la posibilidad de redimirse y echarle orgullo, y la aprovechan, algo que siempre vamos a premiar como aficionados. Esta vez no ha llegado para remontar de puro milagro, pero al menos hemos visto la antítesis del bochorno inicial, otro equipo, éste tenso, serio, incisivo, con orden y llegada. Los cambios, aunque quizá tardíos viendo el desastre inicial, han funcionado y cambiado la cara al equipo. Lástima que Gracia quitara de nuevo a Kangin y no al desesperante Gameiro, porque los demás cambios han funcionado. A destacar el partido de Racic, muy solo en la primera parte y más ayudado en la segunda, pero siempre intenso, fuerte y metido en faena. Buen camino lleva.

En fin, lástima por la merecida victoria que se escapa si de la segunda parte hablamos, y gracias que no hemos caído con estrépito si nos atenemos a la primera. Hay que buscar que el equipo dé la de cal los 90 minutos, y ya está. A mejorar y a seguir. Amunt!

 


 

jamacuco

Partido similar al que se jugó hace un mes en Elche. El equipo sale desconectado, sin ningún tipo de tensión, y recibe pronto dos goles. Hasta la media hora de juego el VCF es un ninot a merced del contrario, un rival con poca calidad y que sólo pone intensidad y jugadas a balón parado.

Sin embargo pasada la media hora algo ocurre en el engranaje valencianista y empieza a carburar. Un jugador que era un atajo de nervios como Guillamón con errores clamorosos (lógico, no puede ser un chaval tan joven titular todos los días) se asienta. Soler o Gayà que no daban un pase bueno, empiezan a conectar. Wass y Yunus empiezas a correr la banda. Racic y Kangin afinan su visión de juego. Y llegamos a la segunda parte, que  al completo, ha sido espléndida en ataque por parte del VCF. La entrada al campo de Guedes y sobre todo Vallejo, han revolucionado más si cabe el encuentro. Lástima que Gameiro no hubiera sido cambiado antes (aunque hay que decir que es clave en el primer gol), porque su habitual nulidad nos ha privado de la victoria (inaceptable su fallo sólo ante el portero). Y Pacheco, el buen portero alavesista que salvó con las puntas de los dedos la derrota de su equipo en el último minuto.

Algo tiene que hacer Gracia, y no es un chiste, para que el equipo entre más enchufado a los encuentros. Es una constante que nos está costando puntos. No podemos ir siempre a remolque, y no de uno sino de 2 goles la mayoría de veces. Si ajustamos ese hecho, el equipo tiene espíritu competitivo a pesar de su excesiva juventud y falta de tablas en alta competición. Ojalá encuentren un punto de equilibrio que nos vendría muy bien a todos y a nuestra salud.

Amunt!!


 

   
 
La fotografía que ilustra el artículo es propiedad de www.valenciacf.com
 

Déjanos un comentario