El VCF no acertó en las que tuvo y empató en un partido con el dominio de cada parte claramente diferenciado. Así lo hemos visto en Café Mestalla.

Jamacuco

Primer partido de liga cuyo empate a 0 nos deja sabor agridulce, casi con regusto amargo. Nadie lo diría después de ver la primera parte en la que el VCF, bien plantado por Nuno en el terreno de juego, ha dominado al rival y ha tenido tres ocasiones clararísimas de gol y que sólo la mala fortuna y el buen hacer del portero lo ha impedido. Sin embargo la segunda parte fue sencillamente lamentable por parte de los valencianistas. Jémez, en el descanso, supo comunicar a sus jugadores cómo desarbolar al VCF y esto, únido a un incomprensible bajón físico desde el minuto 60 impropio de un equipo de nivel Champions, pusieron al VCF contra las cuerdas. Desarbolado por bandas y con un cráter gigantesco en el centro del campo, los vallecanos dieron sopas con ondas a los chicos de Nuno. Eso sí, Negredo la tuvo en el último minuto para que Toño hiciera una de las paradas de la liga.

Nuno volvió a un 4-3-3 habitual la temporada pasada pero introduciendo muchos jugadores de refresco en comparación con el partido del Mónaco. Ryan da seguridad con sus paradas y colocación. Mustafi estuvo imperial valiendo casi por dos, posiblemente el mejor del VCF, acompañado otra vez por el titubeante Vezo y dejando claro que hace falta un central de empaque si se aspira a cotas altas. Tanto Orban como Cancelo no tuvieron una actuación destacada, aunque no fallaron. El centro del campo comenzó muy bien; junto al trabajo habitual de Fuego, Danilo daba fuerza en el medio, yendo bien al corte y  dando salida al balón. De Paul ponía la movilidad en ataque, quizás pecando de conducir demasiado. Las bandas con Piatti, trabajador, y Mina con destellos de calidad (y que marró dos goles aparentemente fáciles) junto a Negredo moviéndose y tocando en corto por el centro ofrecíendo opciones a sus compañeros, daban sensación de dominio y de peligro en la mayoría de minutos de la primera parte. Ir al descanso con empate en el marcador parecía injusto, pero dejaba un buen sabor de boca para la reanudación.

Sin embargo la segunda parte fue totalmente diferente. Danilo estuvo desaparecido desde el principio y De Paul, Mina y Piatti iban perdiendo fuelle alarmantemente. Tan sólo Mustafi, Orban y Fuego parecían mantener el tipo. Los cambios introducidos (Bakkali, Rodrigo y Barragán) no aportaron prácticamente nada. Especialmente Rodrigo, que apenas tocó un par de balones en 20 minutos. El estado físico del equipo está pésimamente trabajado, visto lo visto contra un equipo de tabla baja como el Rayo. Y tácticamente no se supo reaccionar ante la propuesta de Jémez en la segunda parte, sin llegar ni tirar a portería excepto en el último minuto.  La imagen ofrecida en la reanudación da mucho que pensar, con un equipo totalmente fundido, deshilachado y los jugadores intentando hacer la guerra por su cuenta. Quién sabe si el exceso de bisoñez en el equipo pase factura en estas cuestiones.

Queda mucho por hacer y estamos al principio de temporada. En algún caso se podría considerar el empate positivo, pero las sensaciones que deja el equipo siguen siendo poco ilusionantes. Parece que desde la dirección deportiva no se hayan tomado muy en serio la preparación de este inicio de temporada, en la que teóricamente tanto nos jugamos. Por cierto, alguien debería decir a Nuno que cambie de una vez el discurso en las ruedas de prensa. Muchos empezamos a no creérnoslo; estamos vacunados contra esa cantinela desde hace años.

JomiLavarías

El sabor que queda en la boca tras el partido es que se nos han escapado dos puntos. Aunque visto lo ocurrido en la segunda quizás alguien piense, y no va desencaminado, que también se pudo perder.

Buena primera parte, siempre teniendo en cuenta que es el primer partido de Liga. Sin problemas atrás, dominadores en el centro del campo con un Danilo que, como diría aquella injusta leyenda, “té cosetes” y un Javi Fuego que sigue demostrando que tiene un rol en este equipo, acompañados de De Paul que aún creyendo que suele elegir siempre la peor opción o la más díficil, es capaz de hacer moverse a los de delante. La banda izquierda con Piatti mucho mejor que la derecha con Santi Mina, y como siempre arriba la calidad de Negredo (¿seremos capaces algún día de sacarle partido a esa calidad?) firmaron una prometedora primera mitad que hacía presagiar que en la segunda podríamos llevarnos el partido. Debimos haber sentenciado el partido con las 3-4 oportunidades clarísimas que dispusimos.

Pero no nos llevamos el partido. No sé si debido a bajón físico o qué pero el equipo desapareció por completo del terreno de juego. El Rayo tomó el control y no fuimos capaces ni una sola vez de montar una rápida transición defensa-ataque como sí lo hicimos en la primera mitad. Al contrario. Tan solo en la última jugada del partido nos acercamos a la portería de Toño y este se encargó de hacer la parada de su vida, parada que cuando la vea por TV ni se podrá creer de la mano que sacó.

Así y todo, primer partido de Liga, portería a cero, mantengamos el optimismo cara al futuro. La verdadera temporada del VCF empieza el martes en Mónaco.

Hoeman

Una parte para equipo. En la primera el dominio posicional del Valencia fue absoluto, además tuvo varias ocasiones de gol claras (Mina, Piatti) para adelantarse, pero entre Toño y el punto de mira… se llegó al descanso con empate a cero. En la segunda parte entre que Paco Jémez modificó la forma de defender (dos hombres con Negredo a balones largos), que hubo un bajón físico importante por parte de algunos jugadores (Danilo era una momia fantasma) y que Nuno no anduvo acertado… fue dominada claramente por el Rayo: dominio tanto posicional como de pelota. Muchas aproximaciones y alguna ocasión clara (Manucho sin portero dispara fuera). Aun así, Negredo en los instantes finales pudo dar el gol de la victoria, pero otro paradón de Toño lo evitó. Empate justo en campo difícil, pero dos puntos que vuelan.

Algunas acotaciones adicionales:
UNO. Nuno renunció al centro del campo: la estrategia era saltarse en la medida de lo posible el juego de elaboración, Matty siempre sacaba en largo hacia Negredo (y en menor medida a Mina y Piatti), los jugadores ches una vez recuperaban el balón intentaban el contraataque, y si no se podía, conducciones o balones medios y largos. A su vez, en los balones lagos de Matty, se adelantaban todas las líneas para si un jugador valencianista no era el receptor intentar recuperar la pelota rápidamente.
DOS. Híbrido 4-4-1-1/4-1-4-1 (posicional defensivo, en repliegue marcado) – 4-3-3 (en ataque desde posesión y una vez recuperado balón) (aunque si la posesión se prolongaba Fuego se incrustaba entre centrales y laterales subían, dejando más bien algo así como 3-4-3).
TRES. Muy buen primer período de Negredo ejerciendo de pívot-base (recepcionando de espaldas, habilitando balones y dando asistencias, bajando balones), segundo completamente desaparecido: para Nuno la principal labor del delantero es mucho más colectiva que goleadora. Fallaron las llegadas de segunda línea de De Paul y Danilo. Que entren poco en juego muchas veces no es culpa de los delanteros, sino de los compañeros y la forma de jugar del técnico.
CUATRO. A partir del minuto 35 minutos de la primera mitad se echó de menos la figura (y el juego) de Dani Parejo: si falla el Plan A (juego directo, contragolpes), siempre te ofrece alternativas. Imprescindible.
CINCO. Breves: Gran partido de Mustafi y Javi Fuego. Orban superado por Lass. Pese a algún error, muy bien Vezo. Cancelo sigue muy verde. Muy bien Matty. Danilo hasta que le duró la gasolina demostró que sabe recuperar y tiene una gran zancada (conducción), tiene que mejorar su juego posicional. Piatti intensísimo: el que más huevos le pone. De Paul muy bien en la presión (presionaba arriba y después enseguida volvía) y ayudando en zonas de elaboración con balón hasta que le duró la gasolina: una vez le faltó oxígeno se mostró más individualista (improductivo) y bajó sus prestaciones defensivas.

Mario Selma

La combinación Vallecas y Paco Jémez siempre es sinónimo de espectáculo, tendente a bacanal táctica, un aliciente para iniciar el curso doméstico. “A veces blanco, a veces negro, pero siempre blanquinegro”, frase que resume perfectamente lo que fue el enfrentamiento de anoche, y que rememora ciertos tics -‘ay’, ‘y si’, ‘casi’- de la temporada pasada.

Con 4 caras nuevas, más las 3 obligadas, Nuno dispuso un once interesante que no se resquebrajó -al menos en cantidades industriales- durante gran parte de los 90 minutos. Con un tiempo para cada equipo, la batalla del centrocampismo -que viene a ser la principal balanza futbolística actual- fue clave para el reparto a pachas del dominio del cuero y consiguientes ocasiones de gol. Pudimos matar. Y acabar muertos también. Lo primero era lo obligado, lo segundo hubiese sido un tropezón serio e injustificable. Al final tablas, para mí justo.

Mustafi, que está a dos cafés de marcarse ‘un ángulo de 45º’, ejerció de hermano mayor para un Vezo laxo que va a error de bulto por partido. Orban estuvo poco reconocible en su etiqueta ganaduelos individuales y su carril -autopista sin peaje- se convirtió en el recurso fácil de entrada rayista. Fuego en su línea, indiscutible para el ideario nunista, mientras Danilo -el nuevo querubín del vestuario- se vació para dar muestras de su poderío físico, hasta que entró en reserva y la sombra difuminada de Filipe Augusto nubló su actuación. A De Paul, el Rodrigo que rinde o hace cosas, se le ve cada vez menos incómodo haciendo de André, si bien está pecando de intentar siempre la misma jugada -digo peca porque se le ven hechuras para inventar mucho más-. Negredo, que ahora sí -y no antes todos al unísono- reditúa su dieta gazpachera, fabricó arriba, desde su faceta de pivote-delantero al hoy inexistente asistente de manual, dejando para el final un remate perfecto que chocó contra Toño, agrandando su divorcio con el gol. Sabor agridulce, 2 puntos por el camino y ya en modo Champions hasta el martes a las 22:30 horas. Ahí no hay medias tintas, o agrio o dulce. Yo ya he encargado unas pastas.

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