Estos días ha sido tema recurrente de discusión si el nuevo decreto sobre comercialización conjunta de los derechos audiovisuales es positivo para el fútbol español o, por el contrario no hace más que blindar las desigualdades actualmente existentes. Yo no lo tengo muy claro. Quizás se ha optado por la mejor opción posible antes que por la solución óptima. En los próximos 6 años poca cosa va a cambiar, pues según la nueva norma ningún equipo se verá afectado negativamente por el nuevo reparto. A partir de ahí se establece que la máxima diferencia entre el primero y el último, en cuanto a ingresos televisivos, será de 1 a 4,5. La verdad es que muy justo no parece el reparto, aunque quizás a partir de los 1.500M las cantidades a cobrar pueden resultar sustanciosas para algunos equipos que ni en sus más remotos sueños lo hubieran llegado a pensar. Aducir que al menos las diferencias no van a crecer parece un argumento de poco calado viendo los repartos en las ligas de nuestro entorno. De alguna manera algo huele a cuerno quemado y la complacencia de algunos clubes, entre ellos el VCF con el presidente Salvo a la cabeza siempre combativo en estos temas, no parece muy clarificadora, sobre todo cuando parecía hace tan sólo unos meses que una hipotética negociación individual de estos derechos podrían reportar al VCF mayores cantidades que las que presuntamente cobrará ahora, dados los contactos del nuevo máximo accionista. Veremos cómo evoluciona el tema.

De todas formas no veo esta subida generalizada de los ingresos audiovisuales (en España y en las grandes ligas europeas) como la panacea que cure los males de nuestros equipos ni creo que cambie el statu quo actual. La llegada de dinero «repentino» al fútbol y por tanto el aumento de la capacidad de gasto por parte de los clubs lo que va a provocar es una subida de los precios de traspasos y salarios de los jugadores profesionales. Es cierto que aumentarán los ingresos de los equipos pero, al mismo tiempo, subirán sus costes por pago de traspasos y por las fichas de los futbolistas. Por lo tanto su accesibilidad y distribución entre las sociedades deportivas quedaría más o menos como está ahora: los ricos con jugadores top, los pobres con jugadores de menor calidad.  Es decir, se consolidará el actual sistema de estratos o castas (al menos tres: clubes top que luchan por todo, clubes medio-altos que intentan acceder a Champions, y clubes supervivientes que luchan por mantenerse) del que prácticamente es imposible salirse y evolucionar.

Todos tenemos una noción intuitiva de cómo funciona la ley de la oferta y la demanda en la formación de los precios de los bienes y servicios en las economías de mercado. De forma simplificada, la demanda (las intenciones de los compradores) y la oferta (las intenciones de los vendedores)  de alguna manera se «ponen de acuerdo» en el mercado sobre el precio a pagar por aquello que se intercambia. Pero si cambias alguno de los factores que han condicionado ese «acuerdo» en el precio, hará que varíe. Pues bien, es lo que ocurre en el mercado de los futbolistas, al igual que en cualquier otro.

Cuando entra dinero en el mundo del fútbol de forma generalizada y hace aumentar la renta para gastar, la demanda de los clubes aumenta: quieren comprar más jugadores y de mejor calidad. Sin embargo, la oferta de futbolistas disponible sigue estando igual, se podría decir que es fija. El que haya más dinero en circulación no significa que haya de golpe y porrazo más jugadores de primer nivel en el mercado. Son prácticamente los mismos que había antes. Además, en un contexto europeo de renovación de contratos de TV este hecho se amplifica más: el dinero que obtendrán todos los equipos de las grandes ligas (Liga, Premier, Calcio, Bundesliga, Ligue1) aumentará y por tanto estarán dispuestos a pagar más para obtener los mismos jugadores, ya que la oferta de jugadores no ha aumentado a pesar de que hay más demanda de ellos. Lo que sí que aumentarán serán sus sueldos, sus precios de transferencia y las comisiones obtenidas por los representantes, siendo todos ellos los grandes beneficiarios de la situación.

Se trata de una visión general, del conjunto de las grandes ligas, no de un club en concreto; siempre habrá algún caso particular en que algún equipo pueda acceder a algún jugador específico al que antes no podía. Minucias. Pequeñas ilusiones de corto plazo que no cambiarían la coyuntura de las competiciones ni a la «casta» a la que pertenece, salvo entradas de capital externo a la actividad del fútbol (inversores tipo Lim o tipo jeques).

Quizás a alguno le pueda recordar esta situación al «boom inmobiliario» vivido hace unos años: el dinero corría a raudales (era fácil conseguir créditos) pero sin embargo los precios de las viviendas no paraban de subir porque la oferta de inmuebles era mucho menor que la demanda de la gente con ganas de comprar. Pues bien, algo parecido es lo que puede ocurrir en el mundo del fútbol y el aumento de los ingresos audiovisuales.

¿Qué soluciones se podrían adoptar para corregir esta dinámica? Estas son mis propuestas.

– Por un lado sería ampliar la oferta, es decir, que aumentaran los jugadores de primer nivel a disposición de los equipos. Claramente es una cuestión a largo plazo. La promoción de escuelas en países emergentes en el mundo del fútbol o la creación de equipos asociados en esas ligas pueden hacer aumentar la cantidad de jugadores con capacidad suficiente de disputar las grandes ligas europeas. Japón, China, Corea, Oriente Medio, EE.UU pueden ser en unos años creadores de futbolistas de alto nivel. Y si hay más oferta de jugadores puede compensar la mayor demanda por haber más dinero, y por lo tanto el precio pagado por los mismos y sus salarios. Pensemos en cualquier otro producto que habitualmente consumamos: cuando hay más para elegir, los precios se contienen o incluso bajan.

Habitualmente se ven este tipo de acciones de promoción del fútbol base en otros países como una cuestión de posicionamiento de marca de los equipos, de cara a conseguir una mayor repercusión y finalmente, unos mayores ingresos publicitarios. Y es cierto, pues los grandes clubs lo consiguen, lo que les hace diferenciarse y venderse mejor, dándoles una gran ventaja competitiva respecto a los rivales en el corto plazo. Sin embargo, dado que cada vez más clubes lo hacen y aumenta el dinero obtenido de la publicidad para gastar en fichajes, si no se consigue aumentar la oferta de futbolistas profesionales, al final el proceso inflacionista de los traspasos y sueldos seguirá en aumento como he explicado anteriormente con los ingresos de TV.

–  Otra opción sería la intervención del mercado de los futbolistas con el fin de que la demanda de jugadores por parte de los clubs, aún teniendo dinero, se viera condicionada o limitada por algunas normas. Sería una especie de Draft de la NBA, pero aplicada al fútbol europeo. De esta forma los grandes clubs más ricos no se quedarían siempre los mejores jugadores, fomentando la competitividad entre todos. Es curioso observar como en el país de mayor libertad económica, EE.UU, condicionen el mercado para fomento de la competitividad, cosa que en una mucho más intervencionista Europa costaría de aplicar. Aquí se necesitaría una voluntad de equipos y federaciones en configurarlo así, quizás con unas ligas a nivel continental. Difícil de pensar a día de hoy, aunque cantos de sirena sobre una posible competición europea han sonado alguna vez. De hacerse, a buen seguro que algún tipo de normativa de este tipo se implantaría.

En conclusión podría decir que la inyección de dinero por derechos audiovisuales conlleva una inflación en el mercado de futbolistas, que no comporta de forma generalizada que los clubes mejoren su situación pues, al mismo tiempo que suben sus ingresos suben sus costes de contratación de jugadores, y que sólo favorece a los propios futbolistas que ven aumentados sus sueldos, a la vez que los representantes o comisionistas que se llevan su tajada en las cada vez más altas transferencias entre clubs. De igual manera no se consigue una mejora en la competitividad e igualdad entre los equipos, más bien al contrario, consolidándose una serie de estratos o castas de las que es prácticamente imposible salir , en perjuicio de la competición y disfrute de un mayor número de aficionados.

2 comentarios en “¿Son los ingresos audiovisuales la panacea para el mundo del fútbol?

  1. Yo no creo que fuera tan así como lo pintas: con «dinero para todos» estoy convencido de que subiría la competitividad de la Liga, y al menos, «caulquier club» tendría acceso a jugadores que sin dinero, lo pintes como lo pintes, son imposibles.

  2. Temporalmente es posible si hablamos solo de la liga española en comparación con otras. Pero la tendencia es que en todas las ligas importantes aumenten sus ingresos y por lo tanto luchen por adquirir los mismos jugadores pero pagando más.

    Los equipos que luchen por Barral, Verza o Albácar son los mismos pero estarán dispuestos a pagar más por contratarlos porque tienen más dinero.

    Aumentaría la competitividad si se consiguiera repatriar a tipos como Michu, Carles Gil, Callejón o Albiol. Pero imagina el dinero que te hace falta y el que deberían de dejar de tener en esas ligas para poder hacerlo. Yo no lo veo por mucho nuevo reparto de derechos de tv que haya.

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