De nada sirvió adelantarse en el marcador. Otra vez un VCF sin alma, sin espíritu (guiño), sin gol, sin.. Ahora 15 días de parón. Fantástico. Así lo hemos visto.

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JomiLavaríaspajaro-twitter

Jaume, vete ya

Cancelo, vete ya

Mustafi, vete ya

Vezo, vete ya

Orban, vete ya

Fuego, vete ya

Parejo, vete ya

Gomes, vete ya

Feghouli, vete ya

Bakkali, vete ya

Negredo, vete ya

De Paul, vete ya

Alcácer, vete ya

Rodrigo, vete ya

Nuno, vete ya

LayHoon, vete ya

Lim, vete ya

Lamentable partido, penosa imagen y peores sensaciones. Pescado vendido. Chau.

 

hoemanpajaro-twitter

En un alarde de contumacia el Valencia vuelve a mostrar a cualquiera que no vea el partido con una venda en los ojos que el tiempo del entrenador Nuno en el conjunto che ha expirado; que cínico, mentiroso compulsivo o inconsciente, en cada rueda de prensa actúa como si no se enteresa de la película, en parte auspiciado por las lamentables preguntas que realizan esbirros que se hacen llamar periodistas.

El partido del Valencia fue lamentable de principio a fin, aunque el golazo de falta de Parejo hizo que el espejismo del resultado pudiera alimentar ilusiones. Porque el gol llegó sin que el Valencia lo mereciera, cuyo único recurso para intentar aproximarse hasta la portería rival eran balones en largo a Negredo. Muy pobre. Como es lógico ante tan paupérrima propuesta, la mayoría de las veces la pelota no llegaba al objetivo y encima se perdía en campo propio, facilitando los ataques del Athletic, frenados en la medida de lo posible por la defensa valencianista. Los che esperaban encerrados en propio campo, a la espera de que se les apareciera Jesucristo y concediera un milagro, pero como Jesucristo es un personaje de novela, en la ficción es donde queda. Sin presionar, perreando como si hubieran pasado la noche entera con Melissa, quedando a placer de lo que quisieran los bilbaínos. Así que es lógico que empataran, tras un saque de esquina. Cada córner suponía un suplicio para el laureado Jaume, y por añadidura, para compañeros y aficionados.

Más infame si cabe fue la segunda parte, a pesar de que Negredo tuvo en sus pies el gol para poner al equipo por delante, otro espejismo, jugada individual de Feghouli. Se le acabó la energía a Negredo, y el Valencia dio entre mucha y muchísima pena cada vez que intentaba sacar el balón jugado desde atrás. Y esta vez estaban Parejo y Gomes sobre el campo. Porque sin Negredo, el Valencia se vio forzado a intentar trenzar una jugada colectiva. Para ser justo: no lo hizo mal en los primeros 10 minutos, adelantando mucho las posiciones e intentando llegar, pero sin ánimo de presión, ya ni hablemos de la coordinación, precisión o sacrificio. Así que un poco correcalles todo. Y una vez llega el gol del Athletic se acabó el partido.

Vagando como alma en pena, sin hambre de victoria, ni orgullo; pese a algunos fallos individuales de la línea defensiva son a los que menos habría que culpar: se encuentra vendida por el ignominioso desempeño del resto de sus compañeros. Sencillamente NO DEFENDÍAN. Y lo que es peor: simulaban que defendían yendo al tran-tran sin intensidad y siempre tarde. Brazos bajados y rendición. El tercer gol fue la guinda o el remache final. Porque si no defendían ni lo intentaban, tampoco atacaban: cada jugador hizo una guerra por su cuenta fruto de la impotencia, desesperación y confusión.

El nunismo ha caducado.

Lobopajaro-twitter 

El VCF de Nuno ha vuelto a fracasar, esta vez rozando el ridículo en el nuevo San Mamés. El equipo sigue dando la misma impresión, juego improvisado fiado a la inspiración puntual, equipo sin empaque, sin ‘espírito’ ni rebeldía ante la adversidad.

La 1ª parte muy intensa y con fases diferenciadas. El ATB salió arrollador, dominando a un VCF que solo se defendía, pero sin profundidad. Los nuestros han ido poco a poco sacudiéndose el dominio, y justo tras el golazo de Parejo a balón parado, en vez de echarse atrás y dejarse dominar como suele, han tenido el control hasta casi desarbolar a un ATB desconcertado. Han sido los mejores minutos del VCF, de mucho empuje pero sin ocasiones. Justo cuando el ATB parecía más perdido ha venido la desgraciada jugada del gol en esa asistencia involuntaria de Negredo. Y de nuevo han cambiado las tornas, el ATB ha pasado de nuevo a ser dominador y el VCF ha parecido por momentos perdido en el campo.

La 2ª parte ha tenido muy poca historia. El VCF pudo adelantarse con un extraordinario pase de Feghouli a Negredo que éste desperdició miserablemente. A partir de ahí recital de los leones ante un VCF inoperante, plano y sin pizca de nervio ni orgullo.

No hay mucho más que decir. La cosa pinta muy, muy fea para Nuno, pero sobre todo para el VCF que está tirando la temporada prematuramente como solía en aquellos años de mediocridad.

 

Drakulpajaro-twitter

El Valencia de esta temporada es un equipo incapaz de generar fútbol. Así debería empezar y terminar esta crónica porqué en ello podemos resumir todos los detalles que nos ha dejado el Valencia esta jornada (y toda la temporada). Con ello y a partir de esta premisa, ya podemos arrear (con razón) todos a nuestro “odiado favorito”. A Mendes (solo aparece en mi TL de twitter en las derrotas), a Nuno (que no encuentra la tecla), a Parejo (el responsable de canalizar el juego), a Negredo (no se puede resolver tan mal un uno contra uno tan claro) e incluso a Vezo (el cual ha hecho un buen partido pero se ha mostrado blando en algún momento clave).  Podemos seguir. Podemos mencionar a Fuego que ha bajado mucho su nivel, a Alcacer y De Paul que salieron como revulsivos y no dieron una a derechas, a Bakkali que no consiguió zafarse de su par y a quien jugar en la izquierda le va a pesar muchísimo, y a Jaume, quien por alto no pilla una y el primer gol hay que ponerlo en su haber. Hoy de la quema solo se salvan Mustafi, Andre, Feghouli y el lateral Cancelo que parece el único capaz de llevar peligro al marco contrario. El resto no está. Y es que cuando hay un mal juego colectivo, las individualidades de este equipo se disipan en una espesa niebla de la que bien pocos llegan a reflejar, siquiera destellos. El balón circula lento, el equipo se mueve poco sin balón, no conseguimos superioridad en ningún lugar del campo… La única buena nueva es que ahora el equipo tiene dos semanas por delante para recapacitar, para buscar nuevas formulas e intentar no dar por perdida la temporada en el mes de noviembre.

 

Mario Selmapajaro-twitter

Dos victorias pírricas, y no exentas de un reguero de dudas -ni aun ganando hay 90 minutos completos-, y vuelta a las andadas. A las de ir enterrando a palada limpia las virtudes de la campaña pasada para ir solidificando, menuda paradoja, a un equipo irreconocible y sin sustrato táctico. Como dije en agosto, como si al abecé nunista le estuvieran robando letras sin carterista identificado. El Nuno involucionista continúa de adulterio inconfeso con una amante golfa, lo que tiene visos de acabar en aspérrima ruptura sentimental si no saca a tiempo la chorra de ese chumino tóxico. Vas a pillar algo malo, míster.

El encuentro se resume en 10 minutos fumables, otros 20 que pasan el corte y el resto a verlas venir sin escaleta ni corazón. Las líneas son una vieja olla a presión con fugas, hay jugadores que creen que con unos sprints de rigor ya cubren expediente, otros corren y corren sin fundamento táctico -sintomatología clave-, los apoyos y coberturas se tomaron el día libre, retaguardia en incomprensible estado de laxitud ante picos de amenaza inminente y la maldición de los delanteros. Una bicoca para el crisol de la desertificación. En realidad el equipo es un bloque, pero un bloque en caída libre y a punto de implosionar.

En esta tesitura o se coge el toro por los cuernos -conjura coral para trazar una imperiosa catarsis- o se correrá serio peligro de entrar en una dinámica de efecto irreversible. Los problemas que divisamos en el crepúsculo de la 2014/15 se están recrudeciendo firmemente en apenas un mes y medio de competición, una situación indigesta sin el amparo resultadista -los números siempre ayudan a tragar- y que están poniendo en jaque los calafateos que pusieron nombre y apellidos a un Valencia competitivo. Del que ahora mismo, infaustamente, no hay rastro alguno. Parece como si esta pretemporada hubiera habido revolución en el banquillo y en el plantel, cuando cuesta rememorar un verano con mayor continuidad y sosiego a nivel deportivo. Algo falla. Y la falla plantada.

 

 La fotografía que ilustra el artículo es propiedad de @valenciacf

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