Los detalles lo son todo. Lo ha escrito Paco Polit en twitter: Lay Hoon no dijo “son 50” sino que la cláusula de rescisión de Otamendi era de 50 millones, lo que matiza mucho la respuesta, ya que la primera expresión es categórica y la segunda no descarta la negociación. Algunos aficionados ávidos de sangre y dimisiones (¡cuánto mal ha hecho el admirado Salvo incendiando el club a su salida!) echarán espuma por la boca porque se sienten engañados, ya que la respuesta que ha trascendido mediáticamente es la errónea, y la historia nos ha enseñado que por errores en la traducción se crean conflictos (¡cuando no guerras!) irreconciliables… de tal forma que al final no se sabe por lo que se está luchando ni lo que se está defendiendo. Entiendo que los que creyeran que la respuesta de Lay Hoon era la traducción equivocada estén cabreados, porque consideran que su palabra no tiene credibilidad, cuando la credibilidad dudosa debería ser la de quienes tradujeron mal. Lay Hoon no ha faltado a su palabra.
Si se confirma la venta de Otamendi por 40 millones de euros más la cesión de Mangala con parte de la ficha (¿o toda?) pagada habrá sido una buenísima operación por parte del Valencia. Teniendo en cuenta la actitud poco profesional de Nicolás Otamendi (¿dónde se esconden los que criticaban a Gayà por no pronunciarse para a continuación ensalzar al argentino?) y que el Valencia tiene poco tiempo para fichar a un central de máximo nivel, es excelente. Para no llevar a nuevos equívocos hay que tener en cuenta que la ficha de Mangala es inasumible por parte del club, por lo que debería tenerse claro que aunque el francés haga un temporadón (o no) no continuará en el Valencia la temporada que viene. Mangala es un central de nivel que otorga tiempo al club para buscar otro central que se adecúe.
Si es que no cuaja Vezo.